Las aplicaciones descentralizadas como tendencia

Preparémonos para ver cosas de este tipo de manera cada vez más frecuente: una app de microblogging del estilo de Twitter, pero completamente descentralizada, llamada Damus, que acaba de aparecer en la App Store de Apple tras un tiempo en pruebas limitadas.

Damus utiliza un protocolo descentralizado llamado Nostr (Notes and Other Stuff Transmitted by Relays), una red descentralizada basada en pares de claves criptográficas, que no es peer-to-peer, y que es muy simple y escalable. La app permite, tras su descarga, crear un perfil, escoger un nombre de usuario, añadirle una foto y un fondo desde algún servidor, y poder tanto publicar actualizaciones (no limitadas a 280 caracteres) como enviar mensajes directos, completamente cifrados de extremo a extremo. Para ello, utiliza un sistema de clave pública y clave privada que te proporciona cuando te das de alta, lo que permite además que no tengas que dar ningún correo electrónico ni número de teléfono para ello. Y además, permite pagos a través de la Bitcoin Lightning Network.

En la práctica ese es un punto muy diferencial con respecto a Mastodon, en donde las cuenta de los usuarios se vinculan a un servidor en particular cuyos administradores tienen un cierto nivel de control sobre los usuarios registrados. La fiabilidad de la red depende de la del servidor Mastodon que se está utilizando, de manera que una caída del mismo podría llegar a afectar su capacidad para entrar en la red o utilizarla. En Damus, la información se almacena en una serie de relays descentralizados, lo que significa que, en lugar de tener una sola empresa o entidad en control de los datos, estos se distribuyen en varios nodos en la red, lo que los hace más seguros y resistentes a la censura o la manipulación. Según el mensaje que aparece en la página, «tú tienes el control… no hay ninguna plataforma que pueda prohibirte o censurarte. Tú tienes el control de tus datos”. O como dice Edward Snowden,

«a diferencia de las antiguas ‘plataformas’ de redes sociales donde el propietario de la plataforma (Facebook, Tiktok, Twitter) decide quién puede hablar y qué se puede escuchar, Nostr es un protocolo abierto. Si una plataforma es un silo, un protocolo es un río: nadie lo posee y todos son libres de nadar.»

Aparentemente, esa descentralización total representó un problema a la hora de conseguir registrar la aplicación en la App Store, que insistía en pedir a la aplicación que especificara unas reglas para que los usuarios pudiesen señalar contenido potencialmente ofensivo o peligroso, y una política que impidiese el abuso. La red afirma tener estos temas bajo control, pero fue rechazada en varias ocasiones por ese motivo, hasta que finalmente fue aceptada ayer.

Nada implica que esta app vaya a ser un éxito o no, y por el momento, es tan solo un experimento social. En este ámbito de las apps descentralizadas hay muchísimo movimiento, y por el momento, el único indicador que hay de su popularidad pueden ser los alrededor de 24,500 seguidores que el perfil de la app tiene en Twitter. De eso a plantearse hacerle sombra de alguna manera aún va un trecho muy importante en la curva de adopción, aunque el hecho de haber recibido comentarios positivos de usuarios como Jack Dorsey, Vitalik Buterin o Edward Snowden puede jugar algún papel en su popularidad.

Lo que es seguro es que vamos a ir viendo cada vez más aplicaciones proponiendo llevar a cabo funcionalidades de otras tradicionales, en un proceso evolutivo que puede ir dando forma a un entorno cada vez más interesante, y con unas reglas muy distintas a la de la web que conocemos hoy.

ACTUALIZACIÓN (03/02/2023): la aplicación acaba de ser retirada de la App Store en China.


This post is also available in English on my Medium page, «How decentralized apps could change social networks for the better»

Las aplicaciones descentralizadas como tendencia