Google debe moverse, y además debe hacerlo con rapidez, en lo referido a la implementación de soluciones basadas en inteligencia artificial en su enorme catálogo de productos. La empresa del buscador, que con un considerable esfuerzo a lo largo de los años ha conseguido convertirse en sinónimo de innovación para muchas personas, está viendo cómo Microsoft ha conseguido lo inimaginable hace tan solo unos meses, y es amenazar a su posición en este sentido.