Finanzas descentralizadas: ¿se puede construir confianza con la tecnología?



En las últimas semanas, las grandes corporaciones financieras estuvieron en la escena ya que se vieron envueltas en aprietos, resultado de una alta volatilidad en los mercados y subidas de tasas de interés. Toda esta situación pone en foco diversos interrogantes sobre la credibilidad en el sistema financiero tradicional.

Situaciones como la de Silicon Valley Bank, Signature o incluso Credit Suisse -considerada una entidad con suma estabilidad financiera y ubicada entre las 30 más grandes del mundo- nos obligan a repensar cómo definimos la “confianza” que tradicionalmente se gestó sobre el manejo centralizado de activos financieros.

¿Por qué es relevante la confianza en el sector financiero?

La realidad es que es una parte fundamental del capital social, que motiva el cambio y desarrollo económico. Se basa en la creencia de que un organismo -en este caso, un banco- realiza actividades por y para sus clientes, de modo que resulten convenientes para ellos, aumentando esa credibilidad entre el consumidor y el organismo proveedor de un servicio.

 

Casualmente, y bajo ningún punto por accidente, la otra cara de la moneda quedó expuesta en los activos digitales, más particularmente con los criptoactivos, donde una gran magnitud de inversores comenzó a operar con instrumentos financieros que residen dentro de lo que conocemos como cadena de bloques o blockchain.

 

Aunque este mercado basado en Web3 se caracteriza por la volatilidad en sus activos, generó una sorpresa absoluta al observar que tokens digitales, como Ethereum o Bitcoin, aumentaban su cotización, mientras que las acciones tradicionales, respaldadas por entidades “serias”, caían en forma espiralada.

 

Pero la discusión es realmente si los activos están basados en tecnología o no. O, si, en definitiva, estamos evidenciando una problemática con la centralización de la gestión, y, entonces, lo que buscamos es encontrar respuestas con lo que se conoce como DeFi o finanzas descentralizadas.

 

¿Y dónde quedaría la confianza cuando no hay intermediarios?

Es importante entender que DeFi trae a la mesa un nuevo paradigma en la forma de realizar transacciones financieras con tecnología blockchain como habilitador y presentando la ausencia de intermediarios como principal exponente.

 

Esta nueva realidad evidencia que la confianza, en definitiva, es algo más que un voto a una promesa de garantía sobre el bienestar económico por parte de un tercero.

 

Detrás de la elección de este tipo de tecnología aparece un concepto deseado por muchos, como el control o custodia sobre los activos, lo que brinda autonomía en la operatoria al consumidor, quien interactúa directamente con el activo o instrumento financiero a través de smart contracts o contratos inteligentes.

 

Estos contratos tienen como principal objetivo traer transparencia en cómo se cursan las transacciones, las cuales están sujetas a un conjunto de reglas claras que definen cómo se opera y qué cosas son permitidas, garantizando credibilidad.

 

Un punto importante a la hora de pensar en la confianza basada en la tecnología es la seguridad. Cada vez más aparecen nuevas redes blockchain con características de resiliencia y escalabilidad admirables. La información se encuentra distribuida y replicada, de manera que es menos factible que, ante posibles fallas, se registren pérdidas sustanciales.

 

Lógicamente, nos encontramos con otros desafíos en este universo digital descentralizado, donde se requiere de un conjunto de conocimientos para operar con tranquilidad en un mercado cargado de volatilidad; tranquilidad que, en sistemas tradicionales, es prometida por una entidad que regula el acceso y resguarda los activos. Sí, sin dudas lo hace una opción más simple.

 

Queda preguntarnos si el acceso universal y la rentabilidad generan confianza en economías emergentes. Los mercados emergentes tienden a convertirse en grandes candidatos en adoptar este tipo de tecnología descentralizada, ya sea por indicadores inflacionarios o bien por situaciones cambiarias cada vez más adversas, por lo que buscan una estrategia para operar con comodidad sin presiones ni restricciones financieras, usualmente atraídas por regulaciones de mercado inflexibles.

 

En este aspecto, DeFi sacó ventaja al ofrecer una variedad de servicios y derivados financieros, accesibles para cualquiera que posea una conexión estable a Internet, y con rentabilidades mayores que en los sistemas tradicionales, a un riesgo, por momentos, menor.

 

¿Quiere decir que DeFi reemplazará las finanzas tradicionales?

Si hay algo en claro es que las finanzas centralizadas tradicionales se encuentran muy arraigadas a la sociedad, e incluso reguladas por los organismos gubernamentales, por lo que difícilmente veamos que sean reemplazadas en el corto o mediano plazo.

 

Indefectiblemente, DeFi vino para quedarse, cuestionando y evidenciando muchas falencias de la centralización producto de la intervención y la falta de transparencia sobre lo que sucede con los activos. El desafío de este nuevo modelo radica en cómo lograr la adopción masiva, ganando la confianza de los usuarios y minimizando las barreras de entrada a una tecnología revolucionaria.

 

Sin dudas el futuro es incierto, y probablemente veamos dos sistemas complementarios, con sus ventajas y desventajas, pero coexistiendo en pos de ofrecer alternativas para cada caso de uso. Cabe preguntarnos, entonces, si en este nuevo escenario de incertidumbre financiera vale la pena considerar a la tecnología como factor preponderante de confianza.

Trust, but verify

Lead Solution & Technology Architect de Ingenia.

 

 

 

 


Original Post>